Qué es el abuso sexual en la infancia y adolescencia

El abuso sexual contra niñas, niños y adolescentes es cuando se los involucra en actividades sexuales que no llegan a comprender totalmente, para las cuales están evolutivamente inmaduros y no están en condiciones de dar consentimiento. En otras palabras, es la intromisión de la sexualidad adulta en el cuerpo y el psiquismo de chicas y chicos. No debemos olvidar que no son comportamientos consensuados aún cuando la niña o niño no se resista, ya que este tipo de violencia incluye tanto el coaccionar o forzar, como la persuasión.

En la inmensa mayoría de los casos, los agresores son parte del entorno familiar y social próximo de las niñas, niños y adolescentes que son víctimas, lo que dificulta la intervención. Estamos hablando de padres, abuelos, tíos, hermanos, entre otros vínculos cercanos. Al contrario de lo que pensamos, el hogar está lejos de ser el sitio más seguro para muchas infancias y adolescencias. Las estadísticas muestran que los abusadores son en general del género masculino; sin embargo, también hay mujeres que abusan. En muchos casos, la violencia sexual suele sostenerse en el tiempo, incluso durante años, antes de ser develada.

Puede manifestarse entre una niña, niño o adolescente que es violentado por un adulto, o entre una chica o chico y otra persona que por su edad o por su desarrollo evolutivo se encuentra en posición de responsabilidad, confianza o poder.

El abuso sexual se constituye siempre como un vínculo depredador que se apoya sobre uno previo de amor, confianza y dependencia, provocando que a las chicas y los chicos les cueste reconocerse como víctimas. Por el impacto que tiene en la subjetividad y en la psiquis en desarrollo de las niñas y niños, consideramos que podría equipararse a la tortura. Esa situación traumática sostenida en el tiempo y sin un tratamiento adecuado va a ocasionar daños neurobiológicos, subjetivos y vinculares que se van a expresar en todos los aspectos de su vida. No debemos perder de vista que estamos hablando de una niña o niño que es cosificado por quien debería estar amándolo, cuidándolo y dándole un sentido subjetivo.

La inmensa mayoría de las veces los abusos no dejan marcas en el cuerpo. Por otro lado, existen distintos tipos de violencias sexuales, con y sin contacto físico, como los comentarios sexualizados hacia la niña o niño, el exhibicionismo o el grooming.

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