Es una de las formas de maltrato más graves que existen y, al contrario de lo que se piensa, en muchos casos no implica un contacto físico; en general, los agresores son familiares cercanos a las víctimas
El abuso sexual contra niñas, niños y adolescentes (NNyA) es una de las formas de maltrato más graves que existen. Su prevalencia es enorme. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que una de cada cinco niñas y uno de cada 13 niños son abusados sexualmente antes de los 18 años. De acuerdo con una proyección que realizó Red por la Infancia con base en esos datos y al censo de 2010 en la Argentina, en nuestro país hay potencialmente casi 2.000.000 de NNyA que son víctimas de violencia sexual. A pesar de su alta prevalencia, es uno de los delitos menos denunciados y más impunes que existen.
¿De qué hablamos cuando hablamos de abuso sexual? Silvia Ongini, psiquiatra infantojuvenil del departamento de pediatría del Hospital de Clínicas y referente en la temática, explica que el abuso sexual contra NNyA es “cuando se los involucra en actividades sexuales que no llegan a comprender totalmente, para las cuales están evolutivamente inmaduros y no están en condiciones de dar consentimiento”. En otras palabras, es la intromisión de la sexualidad adulta en el cuerpo y el psiquismo de chicas y chicos. “No debemos olvidar que no son comportamientos consensuados aún cuando el niño no se resista, ya que este tipo de violencia incluye tanto el coaccionar o forzar, como la persuasión”, agrega Ongini, coautora del libro recientemente publicado Romper el silencio. Por infancias y adolescencias libres de violencia sexual (Editorial DAO).
En la inmensa mayoría de los casos, los agresores son parte del entorno familiar y social próximo de las NNyA, lo que dificulta la intervención. Estamos hablando de padres, abuelos, tíos, hermanos, entre otros vínculos cercanos. Las estadísticas muestran que los abusadores son en general del género masculino; sin embargo, también hay mujeres que abusan.
Publicada en Diario LA NACIÓN, 30 de septiembre de 2021